EDUARDO BOWLES
El Servicio de Impuestos Nacionales ha decidido celebrar el Día de la Cultura Tributaria como un formidable intento de exponer amplia información a la población sobre los principales trámites impositivos y los correctos procedimientos para cumplir con el pago de los tributos. Si se considera que la mayor parte de la ciudadanía boliviana incumple de alguna manera y en diverso grado con sus obligaciones tributarias, resulta sensato y oportuno destacar esta iniciativa dirigida a fomentar una cultura tributaria que hace mucha falta para recaudar recursos para obras públicas. Corresponde señalar, asimismo, que esta incipiente cultura tributaria atenta contra la economía nacional.
Desde esta perspectiva, resulta una cruel paradoja que unos pocos paguen para que muchos que no pagan sean beneficiados. Lo interesante del asunto es que pagan impuestos los que se apegan a la legalidad y a la actividad económica formal, mientras que la inmensa mayoría desarrolla actividades informales e ilegales. Ocurre que a los pocos que pagan impuestos se les aplica un seguimiento encarnizado y se les sanciona de manera dura cuando incumplen. Sin embargo, los que no pagan impuestos son los que se esconden tras la fachada de la informalidad, a sabiendas que con ese proceder están en óptimas condiciones para evadir el pago de los tributos que les corresponden.
Es cosa sabida que diversos sectores económicos, que manejan ingentes cantidades de dinero y obtienen jugosas ganancias por su actividad económica, realizan pagos mínimos alejados de la realidad tributaria a la que deben responder. En otras palabras, estafan con conocimiento de causa al Estado incurriendo en un delito que nadie se anima a sancionar. Cuando la ley es pareja, nadie se queja, reza el conocido dicho popular. Y he aquí que existe una brecha impositiva que conviene resolver con equidad y justicia. Mientras unos paguen y otros no, siempre habrá una renuencia a tributar. Esta suerte de desequilibrio caracteriza a la vida económica nacional, de modo lamentable.
Resulta plausible que se pretenda realizar una jornada nacional de orientación, información y educación dirigida a diversos sectores de la población. Sin duda, para aquella que sí paga impuestos. En estas jornadas, se supone, se pondrá énfasis en la importancia del pago correcto y oportuno de los impuestos en los diversos órdenes de la vida económica del país. Desde esa perspectiva, la celebración del Día de la Cultura Tributaria que lleva adelante el Servicio de Impuestos Nacionales en todas las capitales de departamento del país abarca solamente al universo legal, e incide en la necesidad de fortalecer su todavía escasa cultura tributaria. ¿Y los que no pagan? ¿Cuándo lo harán?
Mientras las normas legales sigan manteniendo el desequilibrio en el pago de los impuestos, permanecerá no solo la evasión del pago sino también la tendencia al incumplimiento. Sería deseable que por encima de los intereses políticos partidarios, especialmente favorables a los gobiernos de turno, se anteponga el interés colectivo. Conviene se tenga presente que todos deben tributar, porque los recursos recaudados deben volver a la población en forma de obras públicas para todos. Por ello, más que el Día de la Cultura Tributaria hace falta un golpe de timón para que algunos sectores sociales dejen de jugar a no pagar impuestos a cambio de un espurio apoyo electoral.
Tomado de eldia.com.bo