EDUARDO BOWLES

Un reciente informe del Observatorio Boliviano de Empleo y Seguridad Social hace hincapié en la problemática laboral de los jóvenes bolivianos, tomando como muestra un estudio realizado en la ciudad de El Alto. Conviene recordar que El Alto y Santa Cruz de la Sierra son dos de las ciudades del eje troncal del país que manifiestan un crecimiento demográfico más elevado que el resto de las ciudades, tanto por la alta natalidad que les caracteriza como por factores migratorios. Por ello, por el solo hecho que el estudio aborde el desempleo juvenil alertando de sus perspectivas, se hace preciso que se advierta de la escasa aplicabilidad de las políticas de Estado en este tema.

La problemática del empleo juvenil en el país es muy amplia y compleja, puesto que refleja la realidad infraestructural de pobreza y atraso que caracteriza al país, pese a los anunciados avances de disminución de la pobreza extrema y la mentada estabilidad económica de la que se precia el Gobierno. Si los jóvenes no pueden encontrar trabajo es que algo anda mal respecto a esa realidad. La situación es todavía más preocupante cuando el informe del Observatorio Boliviano señala que son los jóvenes profesionales los que encuentran mayores dificultades para encontrar empleo. De alguna manera, se posterga a los jóvenes, una vez que los mayores tienen menos problemas en ese sentido.

Bolivia es un país en desarrollo con una pirámide poblacional de base ancha en transición. Esto quiere decir que su población mayoritaria descansa en los niños y los jóvenes, mientras que la población adulta y de la tercera edad sigue una tendencia al alza. En otras palabras, la supuesta población económicamente activa del país muestra un sesgo que debería llamar a la reflexión y a la toma de urgentes medidas, Cuando se trata del desempleo juvenil, se está incluyendo a los que buscan un nuevo empleo que reemplace al que han perdido y también a los que buscan su primer empleo. Llama la atención que la población de jóvenes con más estudios encontraba mayores dificultades.

Conviene considerar que en los últimos años la población de 15 a 24 años se ha incrementado en más de cien mil personas, lo que nos puede ilustrar sobre la magnitud del problema, especialmente si se sabe que el género masculino aparentemente encuentra empleo en mayor porcentaje que el femenino. Esto nos habla de una discriminación latente y poco perceptible, pero que nos orienta acerca de lo poco que se ha avanzado en tal sentido. El informe señala que la caída de la tasa laboral en el país afecta más a los jóvenes entre 20 a 39 años y que un elevado porcentaje, si se emplea, lo hace en actividades terciarias, Preocupa luego, la temprana y precaria inserción laboral.

Los jóvenes bolivianos -según el Observatorio Boliviano de Empleo y Seguridad Social- se emplean mayormente en trabajos precarios y con derechos restringidos, lo cual limita sus perspectivas. En otras palabras, el estudio del empleo de los jóvenes en El Alto, viene a ser un reflejo de lo que ocurre principalmente en las ciudades del eje troncal del país. Tal situación debería mover a las autoridades gubernamentales para que incluyan en sus grandes proyectos los espacios laborales para que jóvenes con capacidades y estudios –profesionales- ganen en experiencia y habilidades, de modo que una auténtica inserción laboral de los jóvenes se impulse a través de políticas de Estado.

Tomado de eldia.com.bo 

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