EDUARDO BOWLES 

La reciente firma de un Memorando de Entendimiento de cooperación interinstitucional para el desarrollo y la integración energética entre los gobiernos de Paraguay y Bolivia, abre nuevas oportunidades en el terreno de los mercados para el gas boliviano y la exploración de recursos hidrocarburíferos para ambos países suscribientes. Sin duda, en el marco general de cooperación bilateral, este reciente convenio muestra la necesidad de mayores y fluidos lazos de integración entre las naciones, especialmente entre dos países mediterráneos que comparten aspiraciones comunes y sentimientos de confraternidad históricos y culturales. Así, resultan auspiciosas las primeras impresiones

Por una parte, Bolivia avizora nuevos escenarios para el mercado del gas, especialmente ante las perspectivas de menor demanda por parte de Brasil y Argentina, países que han desarrollado estrategias de aprovisionamiento propios en el mediano y largo plazo. La apertura del mercado paraguayo para el gas boliviano impresiona como la actividad más factible y prometedora. Por su parte, Paraguay verá aliviada su demanda del energético a través de un gasoducto específico y del sistema de redes de distribución de gas licuado de petróleo. De acuerdo a este convenio de intenciones, ambos países podrán emprender varias actividades conjuntas de exploración y explotación de recursos hidrocarburíferos.

Estas puntuales tareas, a realizarse en sus propios territorios, exige se aúnen esfuerzos en lo financiero, técnico y comercial. De esta manera, la integración energética regional que se presenta como el formidable reto que asume Bolivia para ser un centro dinámico e integrador, parece tener el camino allanado. Sin embargo, resulta imperativo señalar que el memorando bilateral viene a ser una formidable oportunidad para que Bolivia y Paraguay demuestren de lo que son capaces. No solo está la construcción de un gasoducto binacional, que partiría desde Puerto Suárez o de Villa Montes, sino que también son grandes retos implementar la red de servicios de gas y la venta del mismo.

Conviene tener presente que el objetivo del memorando es establecer el marco general de cooperación para el desarrollo de estudios e intercambio de información, asistencia mutua y transferencia del “know how” (experiencia y conocimientos) en el terreno de la exploración y explotación de los recursos hidrocarburíferos. Todo ello revela que existe una auténtica expectativa por la posibilidad de contar con recursos energéticos todavía no explorados. En este contexto, las acciones complementarias, pero también de singular trascendencia, resultan la apertura de un nuevo mercado para el gas de Bolivia y la implementación de redes de distribución de gas y su venta en territorio paraguayo.

Si la integración energética es un objetivo, tal como está expresada en las declaraciones formales, resulta oportuno señalar que requiere acciones concretas para su logro. Desde esa perspectiva, la inicial tarea del gasoducto binacional debe superar la factibilidad del proyecto. En todo caso, pondrá a prueba la capacidad de ambos países para concretar su construcción. Por otra parte, la red de servicios de gas natural y la venta de gas licuado de petróleo aparecen como tareas más accesibles, pero también supondrán una serie de tareas conjuntas y coordinadas sin precedentes. Con todo, la integración energética significa, en toda su dimensión pasar de la retórica a la acción, sin vueltas ni cortapisas.

Tomado de eldia.bo

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