JUAN ANTONIO MORALES
Ya se ha dicho que un contexto internacional extraordinariamente favorable explica el alto nivel de reservas. Hay también efectos contables como el de la revalorización del oro de las reservas que ha pasado a 1.566 millones de dólares de los 471 millones que valía en el 2005. Otro factor de explicación, aunque se ha insistido menos, es la baja inversión con relación a los recursos disponibles.
En sus presentaciones al público del aumento de las reservas internacionales, el Gobierno ha mencionado de refilón a la bolivianización. Vale la pena detenerse en este proceso. En efecto, cerca de 1.100 millones de dólares del incremento de las reservas de los últimos cinco años se explican por la conversión de depósitos en dólares a depósitos en moneda nacional. Se puede cuestionar la prudencia de esta conversión, algo forzada por las regulaciones de encaje legal para el sistema financiero.
Los depositantes en dólares han estado convirtiéndolos a bolivianos no solamente por la revaluación del boliviano, sino también porque las tasas de interés pasivas en dólares son mucho más bajas que en bolivianos, lo que debería ser al revés si se cumpliera la llamada paridad no cubierta de las tasas de interés. Las tasas en dólares son mucho más bajas que en bolivianos por los requerimientos legales de encaje. Mientras que a tasa de encaje legal en bolivianos tiene un máximo de 12%, en dólares puede llegar a 60,5%. Lo anterior quiere decir, para los casos límites, que de un depósito de Bs 100 que el banco recibe, tiene que guardar como reserva Bs 12 y puede prestar Bs 88. En cambio, de un depósito de 100 dólares, el banco tiene que guardar como reserva 60,5 dólares y puede prestar solamente 39,5 dólares. Los encajes, aún si están parcialmente remunerados, le producen un costo al banco.
Dado el alto encaje, los bancos han estado desalentando los depósitos en dólares. La manera más simple de hacerlo es pagando a los depositantes una tasa cercana a cero. Es así que, con datos de la quincena pasada, se tiene que la tasa pasiva promedio en dólares (la tasa que se le paga al depositante) es de 0,24%, mientras que en bolivianos es de 0,59%. Las tasas bolivianas para depósitos en dólares están por debajo de las ya bajas tasas internacionales.
Las reservas internacionales no son de libre uso por los gobiernos porque tienen como contraparte varios pasivos. A mediados de enero, las reservas internacionales del BCB excluyendo oro, alcanzaban a 8.480 millones de dólares. Se tiene un pasivo de 4.931 millones de dólares por concepto de base monetaria (billetes y monedas en circulación más encajes del sistema financiero) y una deuda de 1.389 millones de dólares. Lo que queda después de deducir esos pasivos es 2.160 millones de dólares, que en gran parte es la contraparte de los depósitos que mantienen gobernaciones y alcaldías en el BCB. Los pasivos señalados no debieran ser motivo de preocupación mientras se mantenga la confianza en el Boliviano y la credibilidad del BCB.
Nuestras reservas internacionales tienen varias vulnerabilidades. Las más importantes son las políticas. Es así que la ley del presupuesto para el 2011 en su artículo 10 “autoriza” (léase obliga) al BCB a ceder un tercio de sus reservas internacionales, excluyendo el oro, a las empresas estatales. Pero se va más lejos, se exceptúa (sic) al BCB de la aplicación del artículo 16 de su ley, que es justamente el que le da competencia para manejar sus reservas.
El BCB ha tenido hasta ahora un manejo impecable de las reservas, con un reglamento según las mejores prácticas internacionales que sólo permite efectuar inversiones en activos internacionales de la más alta calidad. Con los cambios establecidos en la ley del presupuesto, las reservas se invertirán las reservas en empresas estatales que no tienen calificación de riesgos y, en muchos casos, no siquiera informes financieros auditados por un auditor externo independiente. Una caída brusca de un tercio de las reservas podría precipitar la desconfianza del público y que, un poco más adelante, se desvanezcan casi todas ellas.
Juan Antonio Morales es profesor de la UCB. Fue presidente del Banco Central de Bolivia.
Tomado de paginasiete.bo