JUAN ANTONIO MORALES
La opinión pública ha quedado sorprendida con el anuncio del doble aguinaldo. Las reacciones del público, en vez de ser de júbilo total, han sido más bien escépticas y, para muchos, la disposición tiene un halo de electoralismo.
Pasada la emoción inicial, vale la pena hacer el ejercicio de tratar de prever cuáles podrían ser los efectos.
De entrada hay que decir que no se va a producir una inflación catastrófica, como predicen algunos; sin embargo, la inflación para 2014 será más alta que la anunciada por el Gobierno (5,5%). Ya había un riesgo de sobrecalentamiento de la economía antes del anuncio del doble aguinaldo, lo que ha venido a agravarse.
Aún bajo la hipótesis benévola de que los asalariados distribuyan su gasto en todo el año, el segundo aguinaldo es equivalente a un incremento salarial de 7,7% (1/13).
Ante mayores costos salariales, las empresas que pueden hacerlo lo trasladarán a sus precios. Como no todas las empresas ajustan sus precios al mismo tiempo, se producirán aumentos escalonados que incidirán en la inflación.
Además, durante todo el año se mantendrán vivas las expectativas de inflación, lo que le dará un impulso adicional.
Las principales víctimas de este segundo aguinaldo serán las pequeñas empresas, sobre todo aquellas que no pueden trasladar sus mayores costos salariales a sus precios, como son las exportadoras y las que están en mercados de mucha competencia. Lo serán también las empresas que ya habían convenido contratos, en especial con el Estado.
Se ha de subrayar que este segundo aguinaldo ha venido a sumarse a una política salarial que ya era demasiado expansiva y que ya venía bloqueando a muchas empresas. Hay peligros sobre el empleo que no pueden subestimarse.
El Banco Central de Bolivia, para contener las presiones inflacionarias, ha estado retirando dinero de la economía y haciendo subir las tasas de interés.
Las empresas, sobre todo las pequeñas que no tenían planeado el gasto adicional por el segundo aguinaldo, tendrán que prestarse del sistema financiero, lo que puede que no les sea fácil. Si lo pueden, lo harán pagando intereses más altos. Se pondrá sal financiera sobre la herida salarial.
Sea dicho de paso, hay una falta de coherencia entre la política monetaria contractiva, seguida desde hace algunos meses, y los efectos expansivos del segundo aguinaldo sobre los precios.
Irónicamente, hay el riesgo de que si no hay inflación se caiga en el otro extremo, que sería el de una acentuada desaceleración de la actividad económica, porque el stock real de dinero, es decir la cantidad de dinero dividida por los precios, habría caído.
Con una inflación que ya era bastante superior a la internacional durante varios años y que ahora tendrá un impulso adicional, combinada con una política cambiaria de tipo de cambio superfijo, continuaremos perdiendo competitividad.
El tipo de cambio se está sobrevaluando gradualmente, lo que tiene dos efectos: primero, se penaliza a los exportadores de manufacturas y a la industria nacional de sustitución de importaciones y, segundo, se acentúa nuestra dependencia de las exportaciones de materias primas, donde las rentas son tan altas que el tipo de cambio poco competitivo no les afecta.
La medida beneficiará solamente al 30% de asalariados que tiene la fuerza de trabajo y se tendrán efectos limitados de derrame, desde el sector asalariado hacia el sector informal.
En una economía con las fronteras tan abiertas, una fracción importante del ingreso adicional de los asalariados se gastará en productos importados.
No se puede tampoco dejar de lado el costo fiscal de la medida: alrededor de 1.400 millones de bolivianos (1,2% del PIB). Éste es el costo directo, al que hay que sumar los costos indirectos -no cuantificables todavía- que vienen del hecho de que las empresas, por los mayores costos salariales, reducirán sus pagos por impuestos a las utilidades. Había mejores maneras de emplear los recursos públicos.
Juan Antonio Morales es profesor de la Universidad Católica Boliviana y expresidente del Banco Central de Bolivia
Tomado de paginasiete.bo