TEÓFILO CABALLERO 

La puesta en vigencia del Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) un 1° de abril de 2004 mediante la Ley No 2646 promulgada durante el gobierno del Presidente Carlos D. Mesa estuvo íntimamente vinculado con el déficit fiscal; o sea la génesis del ITF tiene su explicación en el déficit presupuestario del Gobierno central.

Este impuesto creado hace 11 años tenía la característica de ser “transitorio” porque debía contribuir a la reducción del déficit fiscal en esos años, por eso se estableció su vigencia durante 24 meses; y es más, por tratarse de un impuesto de emergencia para corregir la precaria situación fiscal del Gobierno se estableció que no es “coparticipable”, es decir, que el 100% recaudado sirva para oxigenar las finanzas del gobierno sin dejar que los municipios y universidades públicas puedan gozar de su 20% y 5% respectivamente de coparticipación como lo son los otros impuestos nacionales. El artículo 11 de la Ley 2646 del 1° de abril de 2004 estableció lo siguiente: “El producto de la recaudación del Impuesto a las Transacciones Financieras será destinado en su totalidad al Tesoro General de la Nación”.

Si realizamos una retrospectiva al 2002, recordamos que en ese año se llevaron a cabo las elecciones generales en las cuales resultó ganador por estrecho margen el MNR con su candidato “Goni” Sanchez de Lozada. El gobierno saliente de “Tuto” Quiroga dejaba el país con un déficit fiscal de 5.9% del PIB y al final del 2002 el déficit había alcanzado al 8.9% del PIB; el déficit más alto del Gobierno después de la etapa de la hiperinflación de la década de los años 80

Cuando existe el déficit fiscal los gobiernos hacen lo más fácil, le cobran más impuestos a la gente y con eso financian el despilfarro de recursos y ocultan su irresponsabilidad. De ninguna manera están dispuestos a reducir sus gastos puesto que no son sus recursos, sino de los contribuyentes que pagan sus impuestos.

A inicios de febrero 2003 el gobierno de Goni envió el proyecto de Presupuesto del Estado de la gestión 2003 al Congreso Nacional para su aprobación, el mismo contemplaba el déficit más alto después de la vigencia del D.S. 21060. En el mismo se había incorporado el “Impuesto a los Salarios” de carácter mensual con alícuotas variables que iban desde un 10% a un 35%, es decir, el despilfarro del gobierno buscaba ser financiado con una parte del sueldo de los trabajadores del país del aparato formal. Fruto de la reacción popular y al amotinamiento de la Policia Nacional la medida no prosperó; la cooperación internacional y las condonaciones de deudas de paises amigos fueron fundamentales.

Ante este fracaso el gobierno de Carlos D. Mesa (sucesor de “Goni” Sanchez) atendiendo presiones del FMI debía buscar la forma de aumentar los ingresos del gobierno vía impuestos. Ahí nació el ITF pero de una vigencia transitoria por 24 meses con una alícuota descendente, de 0.3% a 0.25%

Y fue así, el objetivo de generar ingresos para el Estado para reducir el déficit fiscal a través del ITF fue logrado, pero también hay que destacar que se logró un efecto secundario: contribuyó en forma decisiva al proceso de bolivianización ya que al grabarse el tributo a las transacciones en moneda extranjera superiores a los $us. 2.000 en el sistema financiero (liberando las transacciones en moneda nacional) y sumados a la política del Banco Central de ampliar el diferencial cambiario de 2 a 10 puntos entre la compra y venta del dólar en el bolsín, apreciar la moneda nacional desde marzo 2005, y establecer encajes legales diferenciados en moneda nacional y extranjera se lograba aumentar el Indice de Bolivianización de 16% en 2005 a 81% el 2014. El ITF en el periodo 2004-2014 ha logrado recaudar la suma de Bs. 4.282 millones que han servido para mejorar los ingresos del Gobierno.

Toda vez que la Ley No 713 del 01 de julio de 2015 recientemente aprobada, extiende el ITF del 2015 al 2018 aumentando su alícuota impositiva de 0.15% a 0.30%, estimándose una recaudación aproximada de Bs. 2.420 millones en estos tres años, queda plenamente justificado que el ITF está diseñado para reducir el déficit fiscal del gobierno central. Y esto es así, a partir del año pasado y en base a información del Ministerio de Economía y Finanzas, el país pasó de una situación de superávit a déficit fiscal, o sea la bonanza que se vivió en el lapso 2006-2013 llegó a su fin. El déficit fiscal 2014 ha sido de 3.4% del PIB y para este 2015 es de aproximadamente 4.1% (cerca de $us. 1.300 millones faltantes). Volviendo a los inicios de este artículo, la génesis del ITF en 2004 fue generar recursos para reducir el déficit del gobierno, hoy nuevamente se lo amplía para reducir el déficit del gobierno central.




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