TEÓFILO CABALLERO
El crecimiento económico es considerado uno de los indicadores más importantes para medir el nivel de prosperidad de una nación. Sencillamente se lo define como “el incremento en la producción de bienes y servicios que una economía produce en un año respecto del anterior; o sea, en otras palabras, el crecimiento económico es el aumento en el Producto Interno Bruto (PIB) de una nación de forma anual. A su vez, el PIB es la sumatoria de toda la producción corriente del aparato formal que un país produce en una gestión.
¿Calculando el desarrollo?
Desde hace décadas los organismos internacionales han buscado una variable alternativa al crecimiento económico, pero no han podido encontrarla. Uno de ellos ha podido ser el Producto Interno Neto (PIN), que no es más que el PIB deducido en el desgaste o depreciación. Sin embargo, calcular de forma anual en cuanto se deprecia el aparato productivo de una nación es poco menos que imposible. Por lo general, en los países pobres los bienes públicos -como una carretera- se deterioran muy rápidamente, incluso antes de que su vida útil sea cero. Esto se debe a que por lo general son fuentes de negociados entre los licitadores públicos y las empresas adjudicatarias.
Un elevado crecimiento económico aislado o de bajas tasas no mejoran la calidad de vida de la gente, pero sí beneficia los sectores económicos que han sido los artífices de ese crecimiento. Por ejemplo, en el caso boliviano podemos observar diferencias entre los distintos sectores; utilizando el Índice General de Actividad Económica (IGAE) del INE con información a octubre de 2013, muestra que los sectores que más crecieron en la gestión 2013, en relación con la anterior, fueron el de hidrocarburos con 16,73%, seguido de los servicios financieros con el 11,96%%, la construcción con el 9,14%; mientras que sectores como el agropecuario apenas alcanzó el 4,14% y mucho peor la minería, que fue del 1,71%, es decir, que el dinamismo de los sectores fue diferente.
Es lógico que las ganancias que obtienen los sectores también sean diferentes. Por ejemplo: el Impuesto a las Utilidades de las Empresas (IUE) del aparato formal muestran una notable diferencia entre ellas. Según Cadex, hasta noviembre de 2013 las empresas vinculadas a las actividades hidrocarburíferas obtuvieron un crecimiento de sus utilidades en comparación con la gestión anterior de 18,3%, los establecimientos financieros del 6,5%, mientras que del sector minero fueron del 1,3%. Estas diferencias muestran que si bien aumentaron sus ganancias, la misma no fue proporcional. Aunque hay que observar que en el IGAE y en el IUE existe un sector en común: el de los hidrocarburos.
Un crecimiento económico sostenido por lo menos durante una década y a una tasa razonable abre la puerta del desarrollo económico, puesto que esta variable viene acompañada de una mejora de indicadores socioeconómicos. Al respecto, el economista George Gray Molina, en 2004, presentó un estudio titulado Crisis y Acciones para revertir la pobreza. En él detalla que si Bolivia creciera en forma sostenida a una tasa de 6,2%, lo que se haría es simplemente generar empleos para los 160.000 jóvenes que cada año buscan insertarse laboralmente, pero no se solucionarían los problemas de los ‘otros’ que quisieron incorporarse en el mercado laboral en gestiones pasadas, y no pudieron por la estrechez de la economía. Queda claro que Bolivia debería crecer a una tasa que bordee el 7%, anual pero en forma sostenida por lo menos durante una década. China, en una década y media creció a una tasa superior al 10%, y de esa forma pudo generar empleos y sacar de la pobreza a 300 millones de chinos, que representan el 20% de la población mundial.
Precauciones
¿En este 2014 se repetirá la tasa de crecimiento del 6,5% que afirma el Gobierno? En las variables macroeconómicas contempladas en el Presupuesto 2014 se ha establecido una tasa proyectada del 5,7%. El principal soporte de esta tasa de crecimiento sin duda está en la ampliación de la venta en el volumen de gas a Argentina de 16 MMm3/d a 19 MMm3/d; mientras que Brasil seguirá demandando lo que está establecido en el contrato. Como no se estiman cambios bruscos en los precios internacionales del barril del petróleo crudo, el crecimiento proyectado está garantizado.
Las empresas tienen que empezar a tomar sus previsiones por el doble aguinaldo 2014, puesto que el crecimiento de esta gestión será superior al 4,5%. Y algo más, deben estar preparados por si se les ocurre a los gobernantes, que están en plena campaña electoral, adelantar uno de ellos para las elecciones de octubre.
Economista
Tomado de eldeber.com.bo