Cuatro mil años de control de precios
THOMAS J. DILORENZO
Se ha permitido que la oferta y la demanda funcionen —al menos de manera limitada— en los mercados energéticos, lo que ha dado lugar a altibajos en los precios de la gasolina. La fuerte demanda, junto con las restricciones reglamentarias de la oferta que se vieron agravadas por varios huracanes, provocaron un aumento de los precios de la gasolina. Luego, a medida que se reparaban las refinerías dañadas por los huracanes, los precios de la gasolina comenzaron a caer en picado.
No ha habido una escasez significativa, gracias a la ausencia de controles de precios, pero el Congreso está trabajando diligentemente para poner fin a ese resultado. Instado por un público económicamente ignorante, el Congreso celebró recientemente una de sus periódicas Grandes Inquisiciones de ejecutivos de empresas petroleras para exigir una respuesta a la pregunta: «¿Cómo se atreve a beneficiarse del sistema de libre empresa americano?»
¡Vamos por la flexibilidad laboral!
LUIS CHRISTIAN RIVAS
El Índice de Flexibilidad Laboral 2019 realizado por Lithuanian Free Market Institute y otros, mide el grado de rigidez y flexibilidad laboral en los Estados Unidos, Unión Europea y los miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), este índice proporciona un análisis cuantitativo de la regulación laboral y tiene como campeones a: Dinamarca, Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Canadá, Irlanda, Nueva Zelanda, República Checa, Bulgaria, Suiza y Malta, los países con más flexibilidad laboral dentro del ranking.
Los progresistas dicen que los países escandinavos son socialistas, pero los datos matan relatos, Dinamarca es el campeón en flexibilidad laboral con un puntaje de 96,9, es una sociedad donde no hay indemnizaciones por despido, ni salario mínimo por ley y los despidos pueden ser sin aviso ni causa, entre otras cosas.
Falacias que se reiteran sobre la idea de pobreza
ALBERTO BENEGAS LYNCH
Es sabido que pobreza y riqueza son términos relativos: todos somos pobres o ricos depende con quién nos comparemos. Pero en esta nota centramos la atención en aquellos que no tienen para atender sus necesidades básicas, un concepto que naturalmente remite a lo absoluto y deja de lado posiciones relativas. Sin duda un problema grave.
En este contexto caben distintas observaciones. En primer lugar, refutar la machacona idea de sostener que la pobreza así definida conduce a la delincuencia. Esta afirmación constituye un agravio para nuestros ancestros puesto que todos descendemos de las cuevas y la miseria más espantosa de lo que no se sigue que provengamos de delincuentes. Más aun, es muy frecuente constatar que personas muy modestas en su condición económica cultivan valores de respeto recíproco, mientras otros con ingresos suculentos revelan conductas inmorales por donde se les mire. En otras palabras, los principios éticos que se adoptan no tienen relación causal con el bolsillo, tienen que ver con el cultivarse como seres humanos.
Menos monedas, por favor
STEVEN H. HANKE
Aunque muy ubicuos hoy, los bancos centrales son instituciones relativamente nuevas. En 1900, habían solo 18 bancos centrales en el mundo. Para 1940, 40 países los tenían y hoy hay 177.
Antes del auge de la banca central, el mundo era dominado por áreas monetarias unificadas, la más importante de ellas siendo el bloque de la libra esterlina. Desde tan temprano como 1937, el gran economista austriaco Friedrich von Hayek advirtió que si la moda de la banca central continuaba, esta conduciría al caos monetario y a la propagación de crisis bancarias. Sus advertencias estaban justificadas.
Las crisis monetarias y bancarias han plagado al sistema financiero internacional con una fuerza y frecuencia cada vez mayores. De hecho, para la mayoría de los países con mercados emergentes y bancos centrales, los movimientos de capitales relativamente libres han producido flujos de dinero caliente y repetidas crisis cambiarias y del sistema financiero doméstico. ¿Qué hacer al respecto?
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