No confundan a Javier Milei con Jair Bolsonaro
DANIEL RAISBECK
Si usted lee la prensa mundial, puede tener la impresión de que Javier Milei, el ganador en las elecciones primarias de Argentina el domingo pasado, es una copia de Jair Bolsonaro, ex presidente de Brasil, a quien varios medios de comunicación apodaron "el Trump de los trópicos".
Es cierto que Bolsonaro apoyó a Milei antes de las elecciones. En una entrevista de 2021, Milei dijo que tenía una "afinidad casi natural" tanto con Bolsonaro como con Donald Trump debido a su "clara agenda contra el socialismo y el comunismo". Cuando Milei fue elegido por primera vez para el Congreso de Argentina en noviembre de 2021, El País informó que algunos de sus partidarios llevaban pines y camisetas con el lema "Libertad, Guns, Bolsonaro, Trump" (un juego de palabras con el acrónimo LGBT). Al igual que Bolsonaro y Trump, Milei rompe con el protocolo político establecido –mediante el uso táctico de lenguaje procaz– y hace caso omiso de la corrección política. Sin embargo, más allá de los trucos y las declaraciones generales, las diferencias de Milei con Trump y Bolsonaro son tan significativas como las similitudes.
La dictadura de los buenos
RAFAEL GUMUCIO
La mitad de los horrores del mundo los causa la codicia. La otra mitad lo hace la bondad. O más bien los destrozos que empieza la codicia, los termina de agravar la bondad. Lo mismo funciona al revés, como se puede ver con las drogas alucinógenas, nacidas de la inocencia máxima de querer abrir las puertas de la percepción para convertirse en un vil negocio que se ha llevado las mejores cabezas de varias generaciones. En cualquier rincón de África o de Haití fue la codicia la que le abrió el camino a las ONG, que lejos de mejorar la vida de los que viven en la miseria prolongan esta, llenándola de discursos y misiones perfectamente inservibles.
En el COVID, como en la inmigración o el abuso sexual o laboral, la bondad con su perfecta incapacidad de reconocer que los seres humanos no pueden mejorarse de su condición humana, sólo ha prolongado los males que quiere arreglar. Donde las ONG han impuesto leyes contra los discursos de odio y han llenado de palabras que no se pueden decir, sólo ha conseguido que la ultraderecha, defendiendo la libertad en que los buenos no saben creer, gane escaño y poder. Un impuesto verde a los combustibles fue el inicio de la revolución de los chalecos amarillos, cansado de limpiar con sus bolsillos la conciencia de los millonarios. La gente parece tonta, pero sabe que la igualdad sustantiva no es igualdad y que la discriminación positiva sigue siendo discriminación y que cualquiera que hable en nombre de los pobres o de los marginados está robándole lo único que les queda: la palabra.
Las criptomonedas: posmodernidad de las finanzas y el Estado
RAUL TORTOLERO
El gobierno nacional —y en especial el Banco Central— es a la moneda lo que “La Razón” ha sido para la filosofía de la modernidad.
Hoy, en la posmodernidad, las criptomonedas han mostrado cierta efectividad en la deconstrucción de las economías centralizadas.
De fondo, lo que hay es la disputa entre dos sistemas de pensamiento, con sus extensiones económicas y financieras.
Por un lado tenemos la economía nacional que se sustenta, al final del día, en el respaldo del Banco Central.
La parte más grave se puede enunciar diciendo que “si todo falla”, la gente no pierde sus ahorros de toda la vida, porque el gobierno nacional está ahí.
Por el otro lado, con las criptomonedas, si “todo falla”, no hay gobierno ni nadie que haga mucho al respecto, y la gente puede perder todo su patrimonio.
Un sistema bancario regulado por un poder central aporta cierta seguridad, y tal es la justificación básica de la existencia del Estado, de acuerdo con el liberalismo clásico: brindar seguridad al ciudadano.
UNA MUY BREVE GUÍA SOBRE QUÉ CAUSA LA INFLACIÓN
PATRICK BARRON
Lo que casi todo el mundo llama «inflación» es en realidad un aumento del nivel general de precios. DE ACUERDO. Pero la verdadera definición de «inflación» es la inflación de la oferta monetaria. Un aumento del nivel general de precios es una consecuencia de la inflación de la oferta monetaria.
Técnicamente, el nivel de precios viene determinado por la oferta y la demanda, uno de los conceptos más conocidos de la ciencia económica. Podemos pensar en la demanda como el gasto global en la economía y en la oferta como el total de bienes y servicios en la economía, creando la clásica curva de oferta/demanda. Estas son las cuatro posibilidades:
Cuando la demanda de bienes aumenta, los precios suben (en igualdad de condiciones).
Cuando la demanda de bienes cae, los precios bajan (en igualdad de condiciones).
Cuando la oferta de bienes disminuye, los precios suben (en igualdad de condiciones).
Cuando la oferta de bienes aumenta, los precios bajan (en igualdad de condiciones).
Aunque puede producirse un aumento del nivel general de precios debido a una caída de la oferta de bienes, esta condición no suele ser la que preocupa a la mayoría de la gente. Esta situación se produce durante las catástrofes naturales, las guerras o las regulaciones económicas insensatas que obstaculizan una industria. Por ejemplo, la gente acumulará madera contrachapada, agua embotellada y pilas para linternas cuando un huracán se dirija a Florida. La caída de la oferta hará que los precios suban. O bien, un aumento de los aranceles sobre el acero extranjero, que reduce la oferta, hará que aumente el coste del acero. Las interrupciones del suministro suelen ser temporales.
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