La insurrección moral en Bolivia
ROBERTO LASERNA
(Basado en un hilo de tweets de @roblaser).
La historia de estas semanas podría contarse como una insurrección ética que tuvo como protagonistas principales a los jóvenes de las clases medias en Bolivia.
No se trata de desmerecer la participación masiva y decisiva de todos los sectores, y con papel fundamental de las mujeres. Pero el movimiento fue iniciado por los jóvenes de las clases medias, y fueron ellos los que marcaron la tónica de la protesta y fueron perfilando sus contenidos.
Ya los habíamos visto actuando durante y después del referendo del 21 de febrero de 2016, y en los paros y protestas que se llevaron a cabo para exigir que se respeten sus resultados. También dejaron ver en esas ocasiones su frustración y molestia con el gobierno y el partido de Evo Morales, y también su decepción con los políticos y candidatos que no parecían tener la convicción necesaria para enfrentar sus maniobras extra legales.
Los manifestantes chilenos afirman que la desigualdad los obligó a hacerlo
IVAN CARRINO
Un coche detiene su marcha frente al semáforo en rojo. Al volante, un abogado de 40 años mira su teléfono celular para comprobar la hora. Ella espera llegar a casa y ver a sus hijos.
De repente, se oye un estruendo.
En cuestión de segundos, el ladrón entra en el vehículo por la ventana y coge su bolso, que estaba en el suelo del asiento del pasajero.
Aterrorizada, mira los daños de su coche. La ventana se ha roto y la cartera no está. También han desaparecido su dinero, la tarjeta de crédito y algunas fotos de su familia.
Sin embargo, está feliz de estar viva e ilesa.
Los observadores parecen estupefactos, con miedo… indignados. En cualquier país normal, si el ladrón es arrestado, irá a juicio. En ese caso, podría tratar de justificarse diciendo que robó porque él «no tenía nada», mientras que ella «tenía mucho».
Una vez más, en un país donde las instituciones funcionan correctamente, el ladrón cumpliría una sentencia. Así que sin importar el motivo, el hombre será sancionado.
Por último, esto le parecería bien a todo el mundo. A nivel «micro», el robo es un delito, y más allá de las justificaciones, la violencia debe ser castigada. Este es un pilar básico de cualquier sociedad civilizada.
Curiosamente, cuando se producen situaciones similares a nivel «macro», las reacciones no son las mismas. ¿Por qué decimos esto? Porque lo que está sucediendo en Chile ahora se explica a menudo utilizando el mantra de la «desigualdad».
Evo Morales deja una economía destruída en Bolivia
MAURICIO RIOS GARCIA
Voy a contarles algunos de los más grandes mitos y mentiras del supuesto gran y exitoso modelo económico de Evo Morales en Bolivia, en una serie de 42 tweets.
1. Obviamente, la primera causa del gran auge económico estuvo en el extraordinario incremento de precios de los commodities entre 2003 y 2014. Esto le permitió a Morales tener un presupuesto 4 veces mayor al de la era “neoliberal” de los 90.
2. Bolivia nunca tuvo una explicación sobre la causa de la cotización de commodities, pero confundió al mundo explicando los ingresos abundantes en la Nacionalización de hidrocarburos en 2006, que sólo fue una renegociación de contratos realmente. Consecuencias vendrían luego.
En Bolivia no hubo golpe militar
AGUSTIN LAJE
En Bolivia no hubo ningún “golpe de Estado” ni tampoco es cierto que la renuncia de Evo Morales se haya consumado por “presión de las Fuerzas Armadas”, tal como irresponsablemente casi todos los medios de comunicación han dicho hasta el momento. Tal es, sencillamente, el discurso (recurrente, gastado, trillado) con el que la izquierda defiende a los tiranos de sus propias filas que padecen una rebelión popular. Porque lo que ha acontecido en Bolivia es, ni más ni menos, una rebelión popular. Y no empezó ayer, ni se trató de una conspiración militar ni policial: empezó al día siguiente de las últimas elecciones del 20 de octubre pasado, cuando el fraude electoral resultó evidente para todos.
Page 34 of 56