ROBERTO ORTIZ

Habría que ser un individuo de corazón muy frío para dar una respuesta negativa a esta pregunta, es por esta razón que la mayoría de personas, si estaría de acuerdo en ayudar a los pobres. Sin embargo, luego de esta aceptación surge –siempre- la incógnita del ¿Cómo? Y ¿Con el dinero de quién?

Partamos por afirmar que los pobres no son mascotas que merecen un trato especial, sino seres humanos con dignidad y con la capacidad –al igual que cualquier otro- de salir adelante. Al parecer todos olvidan esta afirmación al momento de ingeniar una manera de ayudar a los pobres, pues nunca se los ha tratado igual que los demás.

Los pobres en Bolivia siempre han sido discriminados, pues se les agrede constantemente la dignidad al ser considerados inferiores en algún sentido. De esta forma, los pobres en este país pasan a ser tratados, por el gobierno y la sociedad, como objetos de un proyecto ideológico llamado socialismo.

El socialismo responde –de una manera coactiva- las preguntas planteadas anteriormente. ¿Cómo? Con la redistribución de riquezas, y ¿Con el dinero de quién? Con el dinero de los demás. Pareciera ser muy acertada la respuesta de los socialistas, sin embargo a pesar de numerosos intentos en diversos panoramas, esta teoría nunca ha dado un resultado digno de admirar. El problema está en que este cuento de quitarles a los más ricos para dárselo a los más pobres es ¡mentira! La realidad es que todos los gobiernos socialistas les han quitado su dinero a todos para dárselo a ellos mismos, a sus funcionarios, a sus ministros, a sus jueces y por ultimo a sus amigos.

Por otro lado, supongamos que el gobierno limite la riqueza de las personas más adineradas mediante impuestos y otras regulaciones. ¿Acaso esta acción implicaría que los más pobres obtengan ese dinero? ¿Qué Lionel Messi sea millonario acaso impide que otro jugador de fútbol argentino o cualquier otro ciudadano lo sea? En realidad debemos entender que los impuestos y las regulaciones no solo afectan a los ricos sino que afectan a todos, pues se elimina la inversión privada y por ende la creación de nuevos empleos; Debemos entender también que la redistribución de dinero es solo un cuento con fines políticos y que quitarle dinero a los ricos “imperialistas” es un absurdo utilizado por los gobiernos socialistas -solamente- para ganar votos, poder y además implantar odio y recelo en una sociedad. Demostrado de muchas formas está que un individuo (sea rico o pobre) solo obtendrá o mantendrá una riqueza de manera lícita si encuentra la manera de satisfacer constantemente la demanda de las personas que lo rodean.


Tomado de eldia.com.bo 

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