GARY RODRÍGUEZ
INTRODUCCIÓN
Que Santa Cruz es la región más importante desde el punto de vista económico para Bolivia, es algo que debería estar fuera de discusión por varias razones: La principal, que a diferencia de La Paz (siendo la sede de gobierno resulta también una plaza económica muy importante para el país), el desarrollo económico cruceño es diversificado y ha sido logrado con una clara orientación de mercado, sin depender de lo que el Estado pueda hacer por él.
De igual manera, Santa Cruz de la Sierra, a diferencia de la capital paceña, encuentra su razón de ser en la fuerte actividad económica privada, y poco depende de lo que el Estado pueda hacer por ella, salvo en lo que respecta a las políticas públicas y toda medida que afecte el ambiente para hacer negocios, v.gr., en los campos de la infraestructura, seguridad jurídica, etc.
El Departamento de Santa Cruz es el verdadero crisol de la bolivianidad, donde ha quedado más que demostrada la “inclusión social” a través del trabajo productivo de los migrantes del interior del país, y la profesionalización de sus hijos, haciendo que la exigua población de los ´50 creciera inusitadamente hasta los 2,7 millones de habitantes de hoy, 2 millones viviendo en la capital.
El peso de la economía cruceña al Producto Interno Boliviano (PIB) es del orden del 27%, con un claro liderazgo. Santa Cruz contribuye, además, con un 25% al global de las ventas externas del país, siendo líder nato en el campo de las Exportaciones No Tradicionales (ENT) con más del 60%, gracias a sus agroexportaciones. Según el INE, las exportaciones desde Santa Cruz en 2011, superaron los 2.000 millones de dólares, de los cuales cerca de 1.000 millones correspondieron a las ENT.
Basado en la “libertad de hacer”, el modelo productivo cruceño es una interesante mezcla de las aspiraciones del “capitalismo” y del “socialismo”. La orientación al mercado de su producción agropecuaria y agroindustrial -primero el interno, y la exportación después- se conjuga con el “cooperativismo” desarrollado a partir de eficientes entidades de servicios públicos -CRE, COTAS, SAGUAPAC; además del extinto Comité de Obras Públicas (luego CORDECRUZ) que hicieron lo que el Estado central no hizo por años: construir infraestructura (caminos, pavimento) y brindar servicios básicos (agua, luz electricidad, comunicaciones), base fundamental para todo proceso productivo.
EL ROL DE LA CAPITAL CRUCEÑA
La dinámica económica y social que ha adquirido la ciudad de Santa Cruz de la Sierra en poco tiempo, es digna de estudio para propios y extraños. Hace unas pocas décadas, la capital cruceña no pasaba de unas cuantas decenas de miles de habitantes, habiéndose transformado en una urbe de 2 millones de ciudadanos, lo que implica oportunidades y desafíos que hay que afrontar.
La ciudad -la más cosmopolita del país- es un verdadero mosaico de nacionalidades y etnias, tanto nacionales como extranjeras, lo que la convierte en un gran mercado para la producción de bienes y servicios, pero también en una importante oferta de factores productivos que la dinamizan cada día.
La Santa Cruz de la Sierra del “Primer Anillo”, de hace pocas décadas atrás, se ha expandido de tal manera horizontalmente, que prácticamente está “tocando” ya otros municipios circundantes, potenciándose aún más como factor gravitacional de la economía cruceña, pero asimismo de la economía nacional.
Será de esperar que en breve, el conjunto de los gobiernos municipales y el Gobierno Departamental, puedan trabajar planificada y coordinadamente, ante el gran crecimiento urbano que se viene dando, en función de evitar el caos.
ROL GEOPOLÍTICO Y GEOESTRATÉTICO DE LA CAPITAL CRUCEÑA
En los tiempos de globalización que vive el mundo -con todas las imperfecciones que se le puedan endilgar, pero sin una alternativa cierta en ciernes- la importancia que antes se atribuía a los países, ahora la han asumido las regiones y las ciudades, adquiriendo una enorme relevancia en función del asentamiento de las inversiones, amén de la “deslocalización productiva”, en respuesta a las bondades competitivas que ofrezcan los espacios geográficos.
El creciente carácter autonómico que van adquiriendo las regiones y ciudades en el mundo, ha hecho que éstas pasen a ser consideradas como principal atención para los inversionistas, por su mayor capacidad de autodeterminarse y, por ende, de ofrecer garantías jurídicas y estímulos de orden logístico, infraestructural -incluso fiscal- en función de ganar capitales productivos.
Desde ese punto de vista, la capital cruceña está llamada a jugar un rol histórico privilegiado, ya que estando ubicada en el corazón mismo de Sudamérica, es el paso obligado del corredor interoceánico entre el Pacífico y el Atlántico, pero a futuro, también, para la integración Norte-Sur en el Continente. Asimismo, está llamada a convertir el Aeropuerto Internacional de Viru Viru en un portentoso “hub aéreo” lo que se dará sí o sí, en algún momento, si no es por el impulso que puedan prodigar las autoridades nacional o departamentales, por la necesidad y la lógica económica que atañe a los gravitantes intereses de otros países, entre ellos, nuestros vecinos.
LA CAPITAL CRUCEÑA, ENTRE LAS 48 MÁS IMPORTANTES
Según el último “Ranking de ciudades latinoamericanas para la atracción de inversiones, Informe Oficial, Mayo 2012”, elaborado por el Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas (CEPEC) de la Universidad del Rosario, Colombia, y la empresa chilena Inteligencia y Negocios (IdN), la ciudad de Santa Cruz de la Sierra está catalogada en el puesto 46 entre un conjunto de 48 ciudades que fueron estudiadas en los países latinoamericanos, donde poder invertir.
La otra ciudad boliviana considerada en el análisis es La Paz, estando en el puesto 45, si bien la tendencia es que la ciudad cruceña suba y la paceña baje.
Este estudio está basado en el análisis de variables que componen el Índice de Atractividad de Inversiones Urbanas -INAI-, resultado de la medición de 40 indicadores de alcance nacional y metropolitano, que son considerados importantes para la toma de decisiones de localización por los inversionistas.
Cabe resaltar que el resultado de la medición de la atractividad de las ciudades, tiene que ver con factores como: Poder de compra y desempeño económico esperado; Reputación y presencia global; Confort urbano (seguridad y calidad de vida); Potencial de financiamiento de nuevos proyectos; y la Calidad de la oferta formativa en la educación superior.
Es importante constatar, a partir de aquel análisis internacional, que el PIB de la capital cruceña estaría por encima de los 4.300 millones de dólares, y que el PIB per cápita de la ciudad (por encima de los 2.500 dólares), supera al de la capital paceña.
Y, si bien su catalogación en la generalidad de los casos -principalmente en el campo financiero y humano- se halla bastante distante de ciudades líderes y privilegiadas como Sao Paulo –casi un país por sí mismo, por su enorme portento industrial-, o la ciudad de Santiago –la “niña bonita” de Chile que hasta el 2020 aspira a ser el primer país desarrollado de Latinoamérica- no deja de impresionar que en cuanto a su “reputación internacional”, Santa Cruz de la Sierra tenga notoriedad global por la oferta de posibilidades de negocios y su prestigiosa Feria Internacional (EXPOCRUZ), estando muy cerca de otras destacadas ciudades como Belo Horizonte, Brasilia, Montevideo, Cali, Asunción, Rosario, por citar algunas.
Otro tanto ocurre, y con un mayor puntaje de calificación en cuanto se refiere al “confort urbano”, medido por la calidad de vida y la seguridad que ofrece la ciudad, equiparándose a ciudades como Rio de Janeiro o Guayaquil, por citar dos ejemplos, sin desdeñar además la interesante colocación que tiene en el ranking de 48 ciudades, en cuanto a la presencia de empresas multinacionales demostrando así la internacionalización de la economía cruceña, con un fuerte basamento operativo de tales compañías precisamente en la ciudad capital.
BANCA, COMERCIO, COMUNICACIONES, INDUSTRIA Y LOGÍSTICA
Santa Cruz es una tierra apta para hacer todo tipo de negocios; sin embargo, su fundamento económico ha sido -lo es en la actualidad y lo seguirá siendo a futuro- la agropecuaria. A partir de ella es que se ha desarrollado, en su corta historia económica, el comercio, la agroindustria, la banca, las comunicaciones y la logística en función primero del abastecimiento del mercado interno y con mucha fuerza a partir de la década de los años ´90, orientado hacia el exterior.
Sin embargo, como suele ocurrir con las economías que apuestan por el desarrollo en base a la integración y el mercado, el sector terciario -servicios y comercio- se ha desarrollado de tal manera en Santa Cruz durante las últimas tres décadas, que hoy en día representa cerca del 50% del PIB departamental.
POTENCIALIDADES Y DEBILIDADES DE LA CAPITAL CRUCEÑA
Santa Cruz está llamada a tener un gran destino, y lo conseguirá –como ya lo hizo en el pasado- pese a las adversidades que se le presenten. “Santa Cruz no se rinde ante la crisis” fue casi un grito de guerra que funcionó antes y, como toda crisis implica también una oportunidad, su principal fortaleza, la visión estratégica de sus instituciones, le permitirá desarrollar gran parte del potencial aún dormido. Siendo que el Departamento colinda geográfica y extensamente con el coloso Brasil -hoy la sexta economía más poderosa del planeta- es de esperar a futuro una simbiosis virtuosa y de mutuo beneficio.
En cuanto a la capital cruceña propiamente, tomando en cuenta que el tamaño de su mercado interno es importante y con un poder adquisitivo de lejos mayor que la media nacional, y con la experiencia adquirida en la conquista de los mercados externos en el campo de las exportaciones no tradicionales, queda claro que seguirá siendo un “polo de atracción” a diferencia de otras regiones del país donde más bien existen factores de expulsión de su población.
La solidez de sus instituciones, su capacidad para resolver los problemas de competitividad y costos que aquejan al país, el desarrollo de infraestructura y logística con visión empresarial, la proliferación de alternativas de educación superior, el avance tecnológico, la existencia de un gran parque industrial, han hecho de Santa Cruz y su capital, el “centro motor económico” de Bolivia, con una gran proyección internacional.
No por nada, Santa Cruz lidera de lejos las exportaciones agropecuarias, agroindustriales, forestales y manufactureras del país. Pero, hay importantes sectores por desarrollar aún, en función de la infraestructura hotelera ya desarrollada, por ejemplo el turismo receptivo (cultural, histórico, aventura, diversión, gastronomía), o la experiencia ya adquirida en cuanto a prestación de servicios (educación universitaria, salud), por citar solo dos ejemplos concretos, sin dejar de lado la expectativa de una futura industrialización del hierro, del gas, la producción de combustibles renovables, entre otros.
Ahora, como nada en la vida es perfecto, existen también algunas debilidades que habrá que corregir, muy especialmente en cuanto a la necesidad de contar con un “cerebro planificador permanente” para el mejor desarrollo cruceño, en ausencia de la antigua Corporación Regional de Desarrollo de Santa Cruz (CORDECRUZ), a fin de que el crecimiento económico de la ciudad y del Departamento sea sostenido y sostenible, además de autónomo, para que no se detenga y más bien prevenga potenciales conflictos sociales que puedan devenir por el rápido crecimiento demográfico y la necesidad de atender una incrementada demanda de infraestructura básica y servicios públicos que ya hoy en día se está presentando.
Pero, de que Santa Cruz seguirá creciendo con la ayuda de Dios y la buena voluntad de los cruceños demostrada a lo largo de su exitosa historia ¡así será!
Licenciado en Economía y Magíster en Comercio Internacional
Gerente General del Instituto Boliviano de Comercio Exterior – IBCE
Opinión escrita para la Fundación FBDM