ORLANDO FERRERES

Es fundamental estudiar con detenimiento y profundidad las cuestiones económicas para poder concretar los cambios sociales que todos queremos. Si no, fijaremos metas difícilmente realizables y luego culparemos a muchos, de aquí y de afuera, de nuestros fracasos. La verdad es que nuestros planes han tenido muy poca base en la realidad por lo que, como le ocurre al populismo, obtenemos muy pocos resultados en relación a nuestras metas, lo que es más evidente a medida que pasa el tiempo. Al final, tenemos que reconocer que estábamos equivocados, pero mucha gente no habrá salido de la pobreza por nuestra falta de profundidad, lo que es muy grave pues esas políticas eran evitables.

Repasemos de una manera rápida la evolución económica del mundo. Desde el inicio de la Era Cristiana tenemos estimaciones de población y producto bruto por principales países calculados por Maddison y su equipo de investigadores. Así podemos comprobar que hasta aproximadamente el siglo XVII China se destacó en relación a Occidente por sus inventos, a pesar de que estaban poco orientados a aplicarlos a la producción y a lograr soluciones eficientes para satisfacer mejor las necesidades humanas. En efecto, los chinos desarrollaron la pólvora aunque la usaban para fuegos artificiales y no para conquistar militarmente a otros, inventaron la imprenta mucho antes que Occidente, aunque la usaban para hacer dibujos, pues "la caligrafía disciplina" decían. Inventaron también la computadora (el ábaco), aunque lo usaban para juegos, inventaron los grandes barcos de hasta mil tripulantes y pasajeros, cuando los de Occidente eran de cien-ciento veinte personas, pero no los usaron para colonizar. Podríamos seguir con esta lista, que es interminable, según los 7 tomos de la gran investigación "Ciencia y Civilización en China" de Joseph Needham.

China siempre fue el principal país del mundo, con una participación en el PBI mundial cercana al 30 %, que llegó al 34% hacia 1800. Pero a partir de allí, extrañamente, decayó. Lo que ocurrió fue que Occidente, que ya venía desarrollando la aplicación de inventos a la perfección de la producción, ingresó en una etapa que ahora llamamos "Revolución Industrial" y dio un "gran salto hacia adelante" productivamente, en tanto que China no entró en esa fase del desarrollo.

Ronnie Stark en su libro "The Victory of Reason" ha demostrado que este proceso es, en gran medida, un producto de la influencia cristiana que marcó a toda Europa y demás países occidentales. El cristianismo tiene- según él- una gran confianza en la razón, pues los teólogos y doctores de la iglesia discuten por medio de ella distintas interpretaciones de la religión (es decir, como re-ligarnos con nuestros orígenes) y cómo superar las contradicciones que se van presentando. Llega a la conclusión de que esa idea de que el conocimiento de Dios se va ajustando por medio de la razón, ese ente que la naturaleza en sí no posee, es lo que genera progresivamente una gran confianza en la razón, y ese optimismo respecto de la razón es un producto del cristianismo. Esto no ocurre en otras religiones, en las cuales Dios está dado y es fijo, sólo hay que creer, pero no se puede discutir la idea del mismo. Se puede llegar a conocer a Dios por la introspección, meditando y tratando de anular los sentidos y la razón, en algunos casos. En algunas religiones el libro sagrado está escrito en el Cielo y es inmodificable su interpretación, así que la razón tiene menor influencia en esos pueblos.

Por otro lado, destaca el mismo R. Stark que las principales universidades fueron creadas por la Iglesia, entre otras la universidad de París, la de Oxford, la de Cambridge, la de Verona, la de la Sapiencia, la de Toulusse y muchas otras. Esto permitió desarrollar muchas ideas teóricas que después se aplicaron a la producción. Incluso muchas de estas universidades después se volvieron, paradójicamente, en contra de quien las había fundado, la Iglesia, como pudo comprobarse recientemente, por ejemplo cuando no se le permitió al Papa dar una conferencia anunciada en una de ellas, quizás hasta por desconocimiento de su propio origen. En nuestro país, la Universidad de Córdoba, una de las más antiguas del país tuvo como rector al Deán Funes, que participó de la Revolución de Mayo. Lo mismo pasó con el pastor John Harvard, quien en Boston dio origen a la universidad que lleva su nombre, Harvard, y creó la primera facultad "The Divinity Faculty".

Con ese desarrollo teórico acumulado hasta el siglo XVIII, no sólo en Occidente sino en muchas partes del mundo, se produjo una revolución al aplicarlo masivamente a la producción. Así se desarrolló lo que hoy conocemos como "Industria", que provocó una revolución productiva en Occidente. Esto permitió eliminar las hambrunas, que cada tanto diezmaban Europa y otros lugares, permitió eliminar las pestes, que no tenían remedio dado la contaminación por falta de servicios sanitarios, permitió destinar grandes recursos económicos al cuidado de la salud de todos, construyendo hospitales cada vez más complejos, pagando enfermeras, médicos, desarrollando vacunas, sistemas de salud preventivos, remedios, que hicieron aumentar al doble y aún más la esperanza de vida al nacer.

También se desarrolló la educación gratuita para toda la población, incluso en muchos lugares obligatoria, lo que produjo un gran cambio, con la violenta reducción del analfabetismo. Estos y muchos otros cambios significativos se constituyeron, si queremos poner una causa común para ellos, en "el triunfo de la razón", tal como Stark la define. Ella fue un ejemplo del derrame del desarrollo económico sobre toda la población. Todo esto no podría haber ocurrido sin el uso de enormes recursos económicos destinados al bien común, como pueden ser los casos de la salud y la educación y esos recursos fueron provistos por el capitalismo, nos guste o no que haya ocurrido así.

Esto no se registró en China, que siguió con sus métodos tradicionales de producción y fue perdiendo participación económica en el PBI mundial. Después fue afectada por las guerras, como la del opio y por el gran consumo de esas drogas. Posteriormente las disidencias entre ellos llevaron a China a períodos de fuertes guerras internas y también con sus vecinos. Finalmente, en la etapa de Mao, China llegó a tener una participación en el PBI mundial de sólo 5%, una involución realmente lamentable para un país con tanto desarrollo tecnológico en toda su historia.

Al terminar la etapa de Mao y de la "pandilla de los cuatro", se inició una nueva visión de China, al menos en lo económico. Se decidió incorporar la tecnología, el capital y el management occidentales en China y así se inició una etapa de extraordinario crecimiento. De ser una de las regiones más atrasadas del mundo, con 98% de pobreza, al ir creciendo se fue superando ese nivel tan pobre de la población, y se fue creando una clase media muy importante, que se prepara en China y en el exterior en las mejores universidades para poder dirigir las grandes empresas y bancos chinos que van desarrollándose en su territorio y en el mundo La inversión bruta interna fija fue muy alta e incluso ha llegado en algunos años al 50% del PBI chino y por eso pudieron crecer tanto por tantos años y al derramarse el crecimiento económico sobre la población, muchos pudieron salir de esa miseria tan dolorosa.

Sin inversión no hay desarrollo posible y no se puede salir de la pobreza con meros subsidios, pues éstos solo permiten que los pobres coman, pero siguen siendo tan pobres como antes, sin futuro, sin esperanza, sin un proyecto de vida. Aprendamos la lección de China, cuyo desarrollo económico fue sustentado en la inversión, en la tecnología y en el conocimiento de Occidente, basado, a su vez, en la razón de todo el cristianismo occidental.

El derrame del crecimiento chino es un gran acontecimiento mundial que todos, incluso los líderes religiosos occidentales, deberían estudiar mejor para no cometer errores de los cuales después tengamos que pedir perdón.

Se requiere una fuerte dosis de humildad para ver que Occidente ya no tiene en el siglo XXI la predominancia que tenía antes en el mundo, pero sí recordar que fue el creador de este gran desarrollo económico, social y cultural de la Humanidad.

Tomado de lanacion.com.ar 

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