HUGO SILES 

En los últimos nueve años (2006 a 2014) la inversión pública creció 618%, la inversión privada extranjera aumentó 133% y la inversión privada nacional subió 171%. En la gestión 2014, la inversión total en Bolivia llegó a un valor aproximado de 6.517 millones de dólares, con la siguiente composición: 69,3% correspondió a inversión pública, 9,9% a inversión privada extranjera y 20,7% a inversión privada nacional. La inversión total en Bolivia alcanzó, en 2014, al 20,9% del PIB.

¿Por qué no crece la inversión privada? La respuesta general estriba en la percepción empresarial de un clima de negocios de incertidumbre para la inversión privada nacional y/o extranjera. Y las 12 razones básicas -existen otras adicionalmente- que explican el clima de negocios de incertidumbre que frena la inversión son:

1. Porque existe percepción de inseguridad jurídica. Por ejemplo, piense en los costos adicionales para el empleador que generará la futura Ley General del Trabajo o los fallos del futuro tribunal laboral o las sentencias del tribunal de arbitraje de la Ley de Inversiones.

2. Porque suben los costos de producción y distribución. Existen incrementos salariales no consensuados entre el sector público y privado, existe rigidez laboral, suben los precios de transporte, de arrendamiento de inmuebles, de materias primas, de estibaje, de servicios, etcétera, que reducen los márgenes de beneficio.

3. Porque la desinstitucionalización del sector público, la tramitología y la burocracia frenan la expansión económica privada.

4. Porque el contrabando, la informalidad y los mercados ilegales compiten en forma desigual con el sector empresarial formal.

5. Porque existen problemas relacionados a la propiedad privada: invasiones y avasallamientos.

6. Porque existe un mercado interno potencial, pero reducido, y un mercado externo nulo o poco accesible por las barreras arancelarias de mercado, etc.

7. Porque existe una insuficiente infraestructura para articular la provisión de materia prima e insumos con la producción y los centros de consumo (circulación limitada de bienes y servicios a nivel urbano e interdepartamental por los problemas de paros, bloqueos, huelgas, entre otros).
8. Porque se advierte una desaceleración de la economía mundial y una devaluación de las monedas sudamericanas que restan mercado a la iniciativa privada nacional.

9. Porque existe una fuerte sobrefiscalización y cerco normativo a la actividad privada.

10. Porque la mayoría de las empresas no realizaron el up gra de tecnológico y no impulsaron con énfasis procesos de innovación (investigación más desarrollo).

11. Porque la oferta académica de talento humano no satisface y se aleja de la demanda empresarial.

12. Porque el acceso al financiamiento es aún restrictivo, no obstante la notable Ley de Servicios Financieros.

En este contexto, el margen de utilidades de las empresas privadas, año tras año, están en declive, aunque las ventas están en ascenso. El Ranking de las 250 empresas más grandes de Bolivia, excluyendo a YPFB, indica que en la gestión 2013 las ventas de las empresas aumentaron 10,5%, pero las utilidades descendieron 0,5%.

Bolivia está entre los últimos países de Sudamérica en competitividad, libertad económica y clima para hacer negocios, de acuerdo a los reportes del Foro Económico Mundial, Banco Mundial y Fundación Fraisier-Canadá.
En general, José de Gregorio, expresidente del Banco Central de Chile, dice: "… la incertidumbre es mala, pues reduce la inversión”.

En tiempos de desaceleración económica, si las señales y acciones públicas sembraran certidumbre y el sector público y privado coordinaran la superación de las 12 restricciones señaladas -y otras aquí no numeradas-, sería previsible el estímulo a la inversión privada. El primer paso para incrementar la inversión privada es avivar el diálogo público-privado. El encuentro Sembrando Bolivia es una buena señal para aumentar la inversión, pero un sólo árbol no hace inversión.

Hugo Siles Espada es economista y comunicador social.

Tomado de paginasiete.bo 

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