VIRGINIA MOYANO
Aprovechando el largo feriado de Semana Santa, nos reunimos toda la familia y nos fuimos al interior de Panamá. ¡Qué maravilla transitar por vías en excelente estado, sin complicaciones ni bloqueos! Aparte de ser un bello país, Panamá, sin tener una situación política socialista, es tranquilo, amigable y seguro. La pujanza que se respira, es digna de admiración. Disfrutamos de días hermosos, acompañados por el calorcito veranero, agradeciendo al Señor por tantas bondades. La conversación, un rato de esos, giró alrededor de la situación para los turistas y locales en Bolivia. La queja unánime no sólo era por los bloqueos también por las demoras de los vuelos que se habían vuelto una mala costumbre. Al no existir competencia alguna, el más perjudicado es el consumidor quien queda a merced del monopolio sin que exista otra posibilidad de saciar su necesidad.
El tema quedó dando vueltas en mi cabeza y conversé con otros compatriotas al respecto. Por unanimidad, la queja seguía siendo la misma: al haber monopolio aéreo para ciertas rutas, no quedaba opción más que atenerse a las consecuencias. Sin caer en valoraciones políticas ni cuestiones ideológicas, parecería una contradicción que no se otorgue espacio para la competencia. Grandes capitales fueron acumulados por los otrora monopolistas y base para tesis y manifiestos en contra. Aquí en Panamá, como ejemplo, esperan cerrar el año con más de treinta acuerdos aéreos que darán oportunidad y facilidad a turistas y locales de trasladarse entre países, incluso hasta el Medio 0riente. Lo más agradable es que la aerolínea bandera no se siente amenazada por esto, al contrario, está a punto de firmar otro acuerdo con otra aerolínea europea que mejore y agrande su negocio donde todos ganan: el país, la empresa, los empleados y el consumidor. El aeropuerto internacional, está siendo mejorado y ampliado para ir junto al crecimiento de la oferta que hace de Panamá uno de los países con mayor auge económico que se refleja en la buena situación de la gente.
A mi humilde entender, un capitalismo sano es aquel que posibilita una economía accesible a todos. Un Estado acaparador, pretendiendo agujerear al propio capitalismo, es un Estado que abre la puerta a la burocracia, sitúa el poder en pocas manos, se hace dueño y señor de las fuerzas del mercado sin que haya referencia de que ello conduce a una visible reducción de la pobreza o una mejora en la calidad de vida del pueblo. En vez de eso, lo que hace mucha pero mucha falta en Bolivia, es contar con más empresarios e industriales cuyo fin sea el de dar trabajo, brindar un buen servicio y no sólo para crearse o mantener un estatus social, desangrando a la empresa y a sus trabajadores, como hemos visto ha sucedido y sigue sucediendo. En vez de acaparar, el Estado debe fiscalizar.
En el asunto del Lloyd Aéreo Boliviano, por ejemplo, fue el propio Estado cómplice de la estafa. Así de simple. Las AFP´s no recibieron su debida paga, al igual que otras instituciones como Impuestos Internos y la Caja Petrolera y permanecieron callados, pese a que ese dinero se les descontó a los trabajadores de su salario y ahora se pretende que lo vuelvan a pagar mientras los ladrones se ríen y viven felices en su exilio voluntario.
Hay que salir del oscurantismo ideológico que es una gruesa venda que no permite valorar lo importante. El monopolio, no es la respuesta.
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Tomado de opinion.com