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TEÓFILO CABALLERO

Según el Informe del Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, -NIC por sus siglas en inglés- publicado en la primera quincena de diciembre de 2012, señala categóricamente que China se convertirá en la mayor economía del mundo en 2030, y el Asia superará como potencia económica a Norte américa y Europa juntos, en términos de poder mundial, en base a producto interno bruto, tamaño de la población, inversión tecnológica y gasto militar.

El informe también señala que economías emergentes como India, Brasil, Colombia, Indonesia, Sudáfrica entre otros, se volverán muy importantes para la economía mundial; en contraste, las economías de Europa, Japón, y Rusia continuarán en la brecha de la desaceleración.

No es para menos, hoy el gigante asiático es la segunda potencia económica mundial (hace 25 años no figuraba entre las 15 economías más grandes del planeta), puesto que según el FMI para la presente gestión tendría un PIB nominal de $us. 8.30 Billones, contra EE.UU que tiene un PIB que bordea los $us. 15.7 Billones, siendo la primera potencia económica del mundo. En lo que respecta a la tasa de crecimiento económico 2012, el gigante asiático al primer semestre 2012 alcanzó una tasa de 7.8% contra un 2.2% de Estados Unidos.
En lo referido a comercio exterior a septiembre 2012, China exportó al mundo productos por un valor de $us. 1.50 billones siendo el líder mundial, seguido por EE.UU. con $us. 1.15 Billones. En cuanto a importaciones China le compró al mundo productos por $us. 1.35 billones ocupando el segundo lugar puesto que el primero le correspondió a la economía norteamericana con un monto de $us. 1.75 billones.

Estos datos de por sí muestran la importancia que tiene la economía China en el contexto mundial. Sin embargo, al interior existe una sombra que es una amenaza para el dragón asiático: La Corrupción.
En la apertura del XVIII Congreso del Partido Comunista Chino PCC llevado a cabo el 9 de noviembre de 2012 en el “Palacio del Pueblo” en Pekín, el presidente saliente Hu Jintao señaló que “la corrupción puede provocar el derrumbamiento del Partido y el Estado” y “si fracasamos en el tratamiento correcto de este asunto” ello podrá resultar “fatal”, subrayó. El gigante asiático se ha visto sacudido por varios escándalos político-financieros en los que han estado implicados familias de altos dirigentes del PCC, entre ellos, Bo Xilai, excluido del PCC y en espera de juicio. Medios de prensa han revelado este año las colosales fortunas de las familias de ciertos dirigentes, entre ellas las del primer ministro WenJiabao y la del futuroSecretario General del PCC, Xi Jinping.

Si el régimen chino no inicia una campaña abierta contra la corrupción, los pronósticos del NIC no se podrán cumplir, puesto que no existe ninguna nación que pueda salir adelante si posee una clase política corrupta. Ningún país puede resolver sus problemas internos y mucho menos hegemonizar al mundo si no va liderizado por una clase política honesta, que respete la institucionalidad vigente, requisito indispensable para alcanzar la organización económica eficiente, que tanto ha pregonado el premio Nobel de Economía Douglas North.

Y nuevamente volvemos a repetir, cuando se derrumbó el régimen socialista en la Unión Soviética alrededor de 1989, los 55 millonarios más grandes de la Unión, eran miembros de la Duma, o sea eran miembros del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS); o sea los comunistas que pregonan la igualdad y la solidaridad se habían convertido en los nuevos millonarios a costa del Estado y en nombre de los pobres.