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JUAN ANTONIO MORALES 

Normalmente el nombramiento del presidente de un banco central no es sino una pequeña noticia en los medios de prensa. Pero lo que está pasando con el nombramiento del gobernador del Banco Federal de Reserva de los Estados Unidos (el presidente del Banco Central de los Estados Unidos) está acaparando la atención de las bolsas de valores y de los periódicos más influyentes de los países industrializados.

La última noticia es que el predestinado señor Larry Summers ha retirado su candidatura a esa presidencia, lo que ha sido acogido con gran júbilo por los mercados financieros. Summers tiene una distinguida carrera académica y de alto funcionario público. El regocijo de los mercados financieros ha debido ser una zurra a su ego que, sea dicho de paso, es inmenso.

Se apostaba en los mercados financieros, con razón o sin ella, que Summers iría a discontinuar la política monetaria muy expansionista de su predecesor, el gobernador Bernanke. En cambio, ahora con la señora Janet Yellen, que aparece como la mejor posicionada para reemplazar a Bernanke, se desarmarían las políticas de su predecesor muy gradualmente. Como la recuperación económica todavía es débil y el desempleo sigue alto, se seguiría empleando por un tiempo políticas monetarias no convencionales.

La actual política monetaria americana tiene tres componentes, uno convencional y dos no convencionales. El componente convencional consiste en apuntar a una tasa de interés de corto plazo muy baja, cercana a 0%. Un componente no convencional consiste en la compra masiva por el Banco Federal de Reserva de títulos-valor de largo plazo, con el objetivo de hacer subir su precio y, en consecuencia, hacer bajar la tasa de interés para operaciones también de largo plazo.

El otro componente no tradicional, llamado guía para el futuro, consiste en anunciar la política para los próximos años y las condiciones para que ella cambiara. Es gracias a la política monetaria muy expansionista que los precios de los activos financieros habrían aumentado tanto y que el costo del crédito habría bajado tanto.

La política de comprar en el mercado títulos-valor a largo plazo es análoga a la de imprimir dinero para reactivar la economía y, sin duda, era lo correcto en la coyuntura. Con el cambio del contexto americano e internacional, en la opinión de muchos analistas hay que desenvolver ese paquete de medidas, lo que no es una tarea fácil. La sola insinuación que hiciera Bernanke hace algunas semanas, de que se discontinuarían las políticas de gran expansión monetaria, produjo un gran temblor. Las bolsas cayeron, los precios de las materias primas también, y las tasas de interés subieron.

Como Bolivia está muy poco integrada a los mercados financieros internacionales, lo que vaya a pasar en los Estados Unidos, a primera vista, casi no tendría impacto en nuestra economía. Si se hace el ejercicio de escudriñar más allá de nuestro campanario, las condiciones financieras americanas pudiesen tener efectos considerables. Un efecto directo sería el desinfle de los precios internacionales de las materias primas.

Efectos más indirectos vendrían a través de países interpuestos, especialmente el Brasil. Más aún, si las monedas de los países vecinos se depreciaran, como consecuencia del cambio de política en los Estados Unidos, nuestro país se volvería aún menos competitivo de lo que ya es. Por último, las tasas de interés pasivas y activas subirían, lo que tendrá efectos sobre la actividad económica, especialmente en el sector de la construcción.

Es importante seguir lo que está pasando en la economía de los Estados Unidos y elaborar en el país, sin dogmatismos, los planes de repuesta en los varios escenarios posibles. Nuestras autoridades no deben hacerse ganar con nuestros alumnos de macroeconomía en el videojuego Juego presidencial, creado por el profesor G. Mankiw de la Universidad de Harvard. El juego consiste en examinar numéricamente las posibles reacciones de la economía ante cambios en las políticas.

Juan Antonio Morales es profesor de la Universidad Católica Boliviana y expresidente del Banco Central de Bolivia.

Tomado de paginasiete.bo