OVIDIO ROCA
En la Asamblea Constituyente de Francia (época de la revolución de 1789) los defensores de los privilegios del rey se sentaban a la derecha del Presidente, y los burgueses, la clase emergente, a la izquierda, es decir, los liberales eran la izquierda.
Al advenimiento del socialismo y para efectos publicitarios, estos asumen el rótulo de izquierda y empujan a los liberales a la derecha. En la actualidad los términos de "derecha" e "izquierda",que en su momento tuvieron una connotación ideológica y emocional, han perdido toda referencia, por lo que es más sensato (aunque poco común) guiarse por la experiencia, viendo lo que se hace y no lo que se dice; por las propuestas y sus logros y no por los eslogans.
Desde fines del siglo XIX dos grandes proyectos ideológicos marcan el pensamiento político, el liberalismo y el comunismo, y se expresaron en dos nombres: Adam Smith y Carlos Marx.
El atroz experimento comunista fracasa y se derrumba a fines del Siglo XX con la caída del muro de Berlín y el desmoronamiento de la Unión Soviética, mientras tanto el liberalismo continua vigente y exitoso, con los consabidos y naturales problemas fruto de los encontrados intereses económicos y políticos de toda sociedad.
En esencia las diferencias entre comunismo y capitalismo son:más Estado o menos Estado, más comisariato o más libertad, más propiedad estatal o más propiedad privada. Vale decir, confiamos en el individuo libre, constructor de su destino, o en el Estado controlador, dueño de vidas y haciendas.
Durante la guerra fría el partido comunista logro seducir a muchos artistas, intelectuales y activistas políticos, los llamados “compañeros de ruta”, que esperanzados en el hombre nuevo cumplían trabajo ideológico en sus países y en apoyo de la estrategia política de la Unión Soviética.
Sabemos casi todos, pero por extrañas razones no queremos reconocerlo, que los socialistas han sido y son los regímenes más genocidas y empobrecedores; los que establecieron regímenes de terror y causaron la quiebra de todas las economías donde estuvieron gobernando. Sin embargo sus seguidores y panegiristas con una actitud de absoluta fe religiosa, creen que las dictaduras y genocidios de Stalin, de Hitler, de Mao, de Castro, son buenos porque son de izquierda, pues están convencidos que la izquierda es buena aunque haga cosas malas y la derecha es mala aunque haga cosas buenas.
Después de la caída del muro de Berlín, la izquierda cínicamente olvidó y obvió de la discusión, el fracaso económico y social del socialismo real,y como fabuladores impenitentes que son, se dedicaron a construir una ilusión socialista (pues la ilusión es lo que mejor se vende) proclamandoa su vez la superioridad moral e intelectual de la izquierda y afirmando ser los depositarios de la inteligencia, de la cultura, de la defensa del pueblo oprimido.
En américa latina, los compañeros de ruta (activistas políticos y militantes comunistas, ahora desempleados por la caída dela URSS), se reorganizan en el Foro de Sao Paulo para reconducir su estrategia de control ideológico y la toma del poder.
Hay que reconocer que en este empeño han tenido gran éxito, logrando enamorar a ciertos intelectuales, y con su conocida capacidad de mistificación, han ilusionado a las masas, reclamando para sí la superioridad moral e intelectual y asumiéndose paladines de los pobres, del género humano, de la patria, de los artistas y ahora descaradamente, del medio ambiente y los indígenas.
Últimamente los líderes del ALBA, miembros todos del Foro de Sao Paulo, han empezado a mostrar su desconfianza por los intelectuales y además de reforzar y armar sus grupos de choque, ahora prefieren contratar expertos en comunicación y equipos “thinktanks” encargados de neutralizar el pensamiento crítico (librepensantes) y elaborar las estrategias del poder y mecanismos de monitoreo y control sobre las personas, grupos de opinión y medios decomunicación.
La utopía izquierdista declara altos postulados morales y proclama la defensa de los menos favorecidos, pero en la realidad la izquierda en el poder ha mostrado su total irrespeto por la libertad, los bienes y la vida de las personas, por esto es que desde siempre han querido ser juzgada por su discurso, por sus intenciones y no por sus acciones,ni por los resultados. Es decir, por lo que diceny no por lo que hacen.
Por su parte los liberales, que tienen un claro pensamiento ideológico y propuestas que ayudan a construir sociedad, economía y futuro (pero exigiendo responsabilidad y trabajo) poco lo difunden y menos lo comparten con la población, pues están más preocupados por la gestión, por los resultados, con lo que dejan campo libre a la predica populista de la izquierda, que se vende muy bien.
Si quisiéramos ver la realidad, bastaría revisar lo que está pasando hoy en Latinoamérica y comparar los avances en libertad y bienestar económico entre los gobiernos de la llamada izquierda, los de la ALBA (Cuba, Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Argentina, Bolivia) y aquellos que aplican el concepto liberal (Chile, Perú, Colombia, Panamá).
Como siempre, la fantasía se impone sobre la realidad, y el relato es más importante que el proceso histórico real, por eso es que el mundo vive dando vueltas sobre los mismos errores.
ovidioroca.wordpress.com